¡Llegó el momento!

Luego de casi diez años de sostenido esfuerzo solidario de toda nuestra comunidad, finalizamos Casa Betania. La Casa está completa, con sus muebles, las camas con sus acolchados de delicados colores, la batería de cocina, la vajilla y todo listo para recibir los primeros enfermos, los huéspedes. La Casa que será su hogar hasta que llegue el final de la vida. No se parece a un hospital ni a un sanatorio: es una casa de familia donde los huéspedes son acompañados por los voluntarios dándoles asistencia médica y ayuda con mucho amor. Contamos con casi todos los recursos económicos para cubrir los gastos mensuales. Tenemos voluntarios y personas capacitadas para cuidar a los huéspedes las 24 horas del día.

 ¡Estamos en el momento crucial! El momento próximo a ingresar el primer huésped. Solo para eso, para que ningún enfermo muera solo, es que estamos trabajando hace tanto. Sabemos que es un inmenso desafío: mantener siempre la colaboración de la comunidad para los gastos propios de una casa, sumar nuevas voluntarias para asegurar el acompañamiento permanente, seguir capacitando al personal para una tarea tan sensible. Es un desafío que afrontaremos con entusiasmo, pasión y con la fe del que, cuando hace algo por el hermano necesitado, no puede fallar.