EL PACIENTE ES SAGRADO. SU CASA, UN SAGRARIO.

El paciente muriente es sagrado porque no es ya la persona que fue ni importa quién fue. Es una persona nueva, diferente, trasformada y configurada por sus dolores, sus repentinas incapacidades, su desesperación ante lo inevitable, sus miedos a la muerte, a las pérdidas y su tristeza sabiendo que sus días se acaban.

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El 1 octubre, 2024, Publicado en: Novedades por

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