Amigos Casa Betania

¡Terminamos la construcción de Casa Betania!

Un Hospice de 600 m2 hecho realidad con solo aportes de la comunidad. Parece un milagro pero no lo es. Es el esfuerzo de gente, empresas e instituciones que, con espíritu solidario, contribuyeron para concretar este proyecto.

¿Y ahora?

Ahora el gran desafío:  conseguir aportes mensuales seguros y permanentes que permitan sostener el funcionamiento de Casa Betania.  

Casa Betania fue construida para esos enfermos, al final de la vida, que no tienen familiares que los cuide, que los ayuden a comer a higienizarse, a recibir la medicación y que, por eso, no se los puede asistir en sus domicilios. Casa Betania será su casa, su última y única casa, y los voluntarios que lo acompañarán su familia. Es entonces impensable que una persona que ingrese a Casa Betania tenga que irse por falta de dinero para brindar este servicio. No puede irse porque no tendrá donde irse ni con quién irse.

Luego queda claro que este es el momento para poner todas nuestras energías en sumar personas y empresas que con una colaboración mensual nos permitan asistir y acompañar, con tranquilidad, a los que nos necesitan.

Para concretar tu colaboración 

 

Les invitamos a sumarse a los amigos de Casa Betania a través de los aportes voluntarios y solidarios que se ajusten a sus posibilidades:

*Cuota mensual mediante Débito Automático. Para adherirse click aquí
* Transferencia y/o depósito a nuestra cuenta corriente
Banco Credicoop
N° 191.132.025327.1
CBU 1910132555013202532714
CUIT 33-71127391-9
*Donaciones Mercado Pago desde enviar dinero al mail: fundacionsolatium@gmail.com

Sus aportes solidarios son deducibles del impuesto a las Ganancias conforme a la norma vigente

UTOPÍA Y SERVICIO HOSPICE
Rutger Bregman dice en su ensayo “La realización de la utopía” que si queremos que una utopía se haga realidad, si queremos cambiar el mundo, necesitamos ser poco realistas, poco razonables, pedir lo imposible. Cuando nació la Fundación Solatium Patagonia, hace más de diez años, decidimos ser poco realistas, poco razonables y pedimos lo imposible. Así logramos realizar dos utopías:
Primera utopía. Servicio Hospice Domiciliario. Cuando pensamos en un servicio de cuidados paliativos integrado totalmente por voluntarios profesionales de la salud y no profesionales capacitados atendiendo gratuitamente, nos miraron con escepticismo y nos dijeron que con gente trabajando “ad honoren” no duraría más de dos o tres años por más buena voluntad y buena predisposición que tuvieran los integrantes del equipo. El equipo Hospice Domiciliario, no sólo se sostuvo si no que se consolidó y agrandó. La estadística adjunta muestra claramente índices que dan cuenta del funcionamiento del equipo: 84% de los pacientes asistidos fallecieron en sus domicilios; el 76% recibieron opioides fuertes (el uso de opioides es un parámetro de evaluación de la eficiencia en el alivio del dolor). Sin embargo no hay duda que este logro de atención de calidad y amorosa dedicación solo fue posible por la disponibilidad, la pasión y la fe que le pusieron todos los miembros de esta gran familia Hospice.
Segunda Utopía. Casa Betania. Apenas comenzamos a acompañar enfermos en etapa final de la vida nos preguntamos ¿que hacer con aquellos que no tienen un familiar, un amigo que lo cuide en su casa? Respuesta: hacer una Casa Hospice donde albergar a los más humildes, a los que más necesitan y están solos. Pregunta: ¿cómo lo hacemos? Respuesta: con el aporte solidario de la comunidad. Y, de esta manera, se construyó Casa Betania, un edificio de 600 m2, que pronto estará listo para recibir los primeros enfermos a los que acompañaremos con toda nuestra capacidad profesional y todo nuestro amor
Podemos confirmar entonces que ¡las utopías son posibles! Por eso los invitamos a soñar y llevar adelante sus propias utopías y así, entre todos, hacer un mundo mejor.
Agosto 2020

El 31 diciembre, 2017, publicado en: Novedades por
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